Este miércoles Donald Trump esperaba la entrada en vigencia de su arrebato arancelario durante una cena presidencial del Comité Nacional Republicano del Congreso. En ese acto, dio un discurso en el que se burló de los gobiernos de países chantajeados por él, y dijo que “países me están llamando y besándome el c*lo”, en referencia a quienes cedieron a la intimidación.
La expresión del magnate que gobierna desde el Despacho Oval, hacía alusión a los gobernantes de naciones afectadas por sus aranceles, que se comunicaron con sus enviados especiales para negociar la implementación de estas medidas y llegar a un acuerdo satisfactorio, que impositivamente mantendrá un beneficio para Estados Unidos.
«Estos países me están llamando, besándome el c*lo, se mueren por hacer un acuerdo [comercial]… Por favor, por favor, señor, déjenme hacer un trato, haré lo que sea, haré lo que sea, señor», se burló el gobernante gringo haciendo gala de la nueva política exterior de su país.
En ese sentido, Trump se refirió a varias naciones europeas y latinoamericanas, pero sobre todo a los países asiáticos que, a excepción de China, se han rendido a las presiones estadounidenses.
Vietnam, Japón y Corea del Sur a los pies de Trump
El mismo Trump alardeó que el primero en llamar para hacer un trato, fue el líder de Vietnam, To Lam, secretario general del gobernante Partido Comunista, quien dijo que la charla había sido muy productiva después acordar el compromiso de discutir directamente un acuerdo que elimine el 46% de aranceles que le cayó a este país del Sudeste Asiático.
A cambio, Vietnam anunció que comprará muchos más productos estadounidenses, sobre todo equipos de defensa, para reducir un superávit comercial de más de 123.000 millones de dólares el año pasado con EEUU.
Japón, gran aliado de Washington en la región, también fue afectado por los aranceles. El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, fue el segundo en llamar para hacer un trato y alegó que “Japón ha sido el mayor inversor en EEUU durante cinco años consecutivos y que las políticas arancelarias podrían perjudicar la capacidad de inversión de las empresas japonesas”.
A continuación, Trump reveló que Tokio enviaría a Washington a un equipo a negociar el 24% de aranceles a las importaciones de productos japoneses, que se sumaban a un impuesto del 25% a los automóviles fabricados en este país.
En cuanto a Corea del Sur, el gobierno interino ya cuenta con un equipo negociador al que enviaron a la capital estadounidense para discutir un arancel del 25% que está sacudiendo a los principales motores de exportación de esta nación, especialmente a la industria automotriz.
Por ahora, China es la única gran economía global, y asiática en especial, que no ha cedido al chantaje estadounidense. Por el contrario, le ha ripostado con aranceles recíprocos a las imposiciones de Washington.
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