El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha intensificado sus cuestionamientos contra la campaña militar de Estados Unidos en aguas del Caribe y el Pacífico, tras el más reciente bombardeo contra una embarcación señalada de transportar presuntamente droga.
En un mensaje publicado en la red social X, Petro calificó la ofensiva como un ataque contra los sectores más vulnerables de la región.
«Solo hay que no tener alma ni conocer a Colombia como para saber que en las lanchas solo van personas pobres oriundas del Caribe, que realizan ese trabajo para sobrevivir».
El mandatario respondió así a la senadora conservadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático, quien celebró la acción militar y aseguró que el saldo de la operación elevaba a 83 el número de «criminales dados de baja». Petro replicó con dureza:
«Solo los socios de los narcos se indignan por estas acciones que buscan preservar la paz en la región», escribió la senadora, a lo que el presidente contestó denunciando la criminalización de la pobreza y la falta de pruebas sobre los supuestos vínculos con el narcotráfico.
La nueva ofensiva, ocurrida en aguas del Pacífico, fue confirmada por el Comando Sur de EE. UU., que informó la muerte de tres hombres. Sin embargo, hasta ahora Washington no ha presentado evidencia verificable de que la embarcación transportara drogas ni ha revelado la identidad de las víctimas. Organismos internacionales han advertido que estas acciones podrían constituir «ejecuciones extrajudiciales», prohibidas por el derecho internacional.
Desde agosto, Estados Unidos mantiene un despliegue militar frente a las costas de Venezuela bajo la operación Lanza del Sur, con el objetivo declarado de «eliminar a los narcoterroristas» y «proteger» a su población del tráfico de drogas. No obstante, los bombardeos han dejado más de 80 muertos sin pruebas concluyentes de que se tratara de narcotraficantes, lo que ha generado crecientes críticas y preocupación por el impacto humanitario de la campaña.
Con estas declaraciones, Petro se posiciona como una de las voces más firmes en la región contra la estrategia militar estadounidense, denunciando que detrás de la narrativa antidroga se esconde una política que golpea a los más pobres y vulnerables del Caribe y el Pacífico.
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