El Nobel de la paz para el odio


“Decidle al general Monagas que llevarán mi cadáver, pero que Fermín Toro no se prostituye”. Con estas palabras este parlamentario respondió a los enviados por José Tadeo Monagas, quien en ejercicio de su primera presidencia convocaba a los integrantes del Congreso, después de que el día 24 de enero de 1848 había violentado su inmunidad, al ordenar a sus seguidores armados penetrar en la sesión que se realizaba en la Cámara de Representantes, presidida por Miguel Palacios Fajardo.

Este hecho se conoce históricamente como fusilamiento del Congreso. Hablamos de “primera violación”, porque transcurridos cerca de 185 años, en septiembre de 1963, Rómulo Betancourt no solo violentó la sede del parlamento, sino que metió presos a los congresantes del PCV y el MIR, sin el allanamiento de su inmunidad parlamentaria.

La lista la encabezaron Gustavo y Eduardo Machado, Jesús Farías, Guillermo García Ponce, Pompeyo Márquez, Eleazar Díaz Rangel, militantes comunistas, cuya lista integraba también a Eduardo Gallegos Mancera, Rodolfo Quintero y, en el caso de Pedro Ortega Díaz, Betancourt ordenó que lo agarraran “vivo o muerto”, pero nunca fue apresado.

Para entonces, el PCV tenía en prisión a los parlamentarios Eloy Torres, Teodoro Petkoff, Germán Lairet y Héctor Rodríguez Bauza. Además del caso del parlamentario zuliano Luis Emilio Arrieta quien, estando en la cárcel Modelo, sufrió un paro cardíaco y falleció.

En cuanto al MIR, figuraron Domingo Alberto Rangel, Simón Sáez Mérida, Américo Chacón, Jesús Villavicencio, Pedro Manuel Vásquez, periodista, quien saliendo de la clandestinidad se presentó en julio de 1966 en Barquisimeto y fue electo vicepresidente de la Asociación Venezolana de Periodistas que allí realizaba su quinta convención, donde Díaz Rangel resultó electo presidente hasta 1976, cuando se creó el Colegio Nacional de Periodistas.

En 1848, Venezuela transitaba una feroz pugna entre liberales y conservadores y el día 24 de enero se presentó en la sede del Congreso el ministro José Tomás Sanabria para hacer entrega del mensaje anual del presidente José Tadeo Monagas. Cuando se discutía la moción de someter a juicio al mandatario por los delitos de infracción a las leyes y dilapidación de la renta pública, detuvieron al ministro Sanabria, lo que originó la incursión de los seguidores del mandatario.

El resultado fue la muerte de los diputados Juan García, Francisco Argote, José Antonio Salas y Santos Michelena, quien fue gravemente herido y falleció días después.


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