Dos videos fueron intensamente compartidos a finales del año 2024. El primero del periodista e historiador argentino Claudio Álvarez Terán y el otro de la docente colombiana y crítica de arte Julia Bustamante. Se trata de dos reseñas del libro El pobre de derecha. La venganza de los bastardos del sociólogo brasilero Jessé Souza. El texto aún no ha sido traducido al castellano pero muchos esperan su publicación para seguir entendiendo por qué los empobrecidos y marginados de todo el planeta están apoyando fervientemente a quienes, en definitiva, los han empobrecido y marginado: la derecha corporativa internacional, convertida ahora (abiertamente, porque siempre lo fue) en un poder político.
La primera explicación aturde a quienes se empeñan en culpar al poder mediático. No. No son los medios de comunicación los responsables de esto. Otros alarmados son los analistas que señalan a la economía. No. Tampoco es la economía. A quienes siguen pensando que el apoyo popular a las opciones de derecha son producto de decisiones racionales basadas en la información de prensa y fundamentadas en concienzudos estudios financieros cometen el mismo error que señaló la Teoría Crítica en los años 60.
Para Souza, son decisiones irracionales, por tanto emocionales y estrictamente morales, las que arrastran a grandes mayorías a respaldar líderes, partidos, grupos e iniciativas claramente de derecha, diseñadas y operadas por clases poderosas y cuya estrategia (no consecuencia) ha sido el desmontaje del Estado de bienestar. Ello, pues es la búsqueda de reconocimiento social, dado el declive del sistema político-social, lo que motiva a enormes contingentes de ciudadanos marginados de todo el mundo a optar por quienes son los culpables “invisibles” de su desgracia y arremeter contra la propia democracia y sus líderes.
Después de muchos argumentos y una explicación basada en la película The Joker, Souza concluye que una solución para que los marginados y excluidos no sean despreciados y no se sientan tan desmoralizados, es que su odio se revierta contra el propio sistema democrático, a fin de detener ese vertiginoso proceso de deshumanización y devolverle el sentido a la vida. En definitiva, recuperar el propósito, que es un elemento esencialmente humano.
Para este 2025, tengamos un propósito. Eso sí, alineado con el amor y no con el odio.
IG: @ajnunez_profesor
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