Tal como sucede con los seres humanos, los gatos también están propensos a sufrir trastornos alimentarios como lo son el sobrepeso y la obesidad.
Estas condiciones son exacerbadas cuando el animal lleva una vida sedentaria y una alimentación inadecuada, las cuales, a su vez, constituyen factores para el desarrollo de enfermedades coronarias en la mascota, de acuerdo con distintos veterinarios consultados vía internet.
Y es que tanto el sobrepeso como la obesidad están relacionados con un exceso de grasa en el cuerpo.
Se considera que un gato tiene sobrepeso cuando pesa 10% más de su peso ideal, mientras que un gato con obesidad puede tener 20% más de peso del que le corresponde de acuerdo con su edad y estatura.
Asimismo, según precisan los expertos, los gatos esterilizados tienden a engordar, debido a una disminución en la producción de las hormonas sexuales, que provoca a su vez la ralentización de su metabolismo basal y el aumento de la grasa corporal.
Para evitar que los gatos ganen peso de manera desproporcionada, los cuidadores pueden mirar su condición física de la cintura hacia abajo, palpar sus costillas y evitar darle de comer chucherías. También pueden fomentar la actividad física, una forma de hacerlo es colocarle lugares elevados de descanso para que puedan trepar.
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