La transmisión de una inédita y tensa reunión de gabinete este 4 de febrero, ha dado un duro golpe al Ejecutivo colombiano y estremeció las bases del gobierno de Gustavo Petro. La idea del presidente, era hacer un estudio interno de la gestión, que finalmente evidenció el incumplimiento del 90 por ciento de las 195 metas clave de su Gobierno (176 pendientes), aunque luego citó una cifra contradictoria de 146 promesas incumplidas.
“No se le hace caso al presidente. Los ministros no le hacen caso”, dijo Petro admitiendo la ineficacia de su administración y calificando el balance de «fatal». “El presidente es revolucionario, el Gobierno no”, sentenció.
El debate expuso la oposición al nombramiento como nuevo Jefe de Despacho de Armando Benedetti, exembajador investigado por presuntas irregularidades. La vicepresidenta Francia Márquez cuestionó la decisión: “Respeto al presidente, pero no comparto traer a personas con responsabilidad en lo que aquí está pasando”.
Ayer se presentó al consejo de ministros el estudio del número de compromisos hechos con el pueblo y el alto porcentaje de incumplimiento de manera diferencial en los ministerios.
Decidí que se hiciera expuesto al pueblo para obtener respuesta del gabinete sobre ese… https://t.co/Sok9GOZ933
— Gustavo Petro (@petrogustavo) February 5, 2025
Laura Sarabia, exjefa de gabinete envuelta en escándalos el año pasado, también generó rechazo como futura canciller. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, amenazó con renunciar si Benedetti permanecía, mientras el senador Gustavo Bolívar denunció que los nombramientos traicionan el proyecto progresista.
Las renuncias “irrevocables”
Juan David Correa, ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes anunció su salida irrevocable en una carta pública dirigida a Petro. Agradeció la confianza y expresó su gratitud por trabajar para el “primer gobierno progresista de Colombia”.
Esta renuncia se unió a la de Jorge Rojas, jefe del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), quien calificó la transmisión televisiva como un error: “Fue audaz, pero equivocada. Le dije al presidente que podía salirle el tiro por la culata”.
Horas después, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, propuso una renuncia colectiva del gabinete para permitir a Petro “reorientar la administración”, criticando el uso de la sesión para revisar un informe ya analizado: “Los enfrentamientos públicos no son la forma institucional de resolver diferencias”.
Por su parte, el excanciller Álvaro Leyva, destituido en marzo por presuntas irregularidades en la expedición de pasaportes, publicó un duro comunicado acusando a Petro de perder el «horizonte ético» y denunciando un «estado de descomposición». Sin filtros, cuestionó a la nueva canciller (Laura Sarabria), de quien dijo que «carece de las condiciones íntimas personales… y de los conocimientos necesarios y autoridad intrínseca para representar al país, y para ser atendida con seriedad en el exterior».
Leyva, quien afirmó no tener comunicación con Petro «desde hace meses», concluyó con una advertencia: «¿Será el anticipo de algo más de fondo para lo cual los colombianos nos debemos preparar?».
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