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Como videojugador y escritor venezolano de 42 años, con una pasión por las historias bien contadas y los mundos inmersivos, me siento emocionado de sumergirme en la reseña de Assassin’s Creed Shadows, el nuevo título de Ubisoft que nos transporta al Japón feudal del siglo XVI. Este juego, el que su lanzamiento está a la vuelta de la esquina, no solo promete ser un hito en la saga por su ambientación tan esperada, sino que también destaca por una dirección de arte sublime y por la profundidad histórica de sus personajes.

Desde mi rincón en Venezuela, donde los videojuegos son tanto un escape como una ventana a otros mundos, quiero compartir mi análisis sobre cómo este título equilibra belleza visual, narrativa histórica y mecánicas jugables a través de sus dos protagonistas: Naoe y Yasuke.

Esta reseña podría contener spoilers.

Pero… ¿De qué va Assassin’s Creed Shadows?

Assassin’s Creed Shadows nos transporta al período Sengoku, una era de conflicto civil y caos político en el Japón feudal. El juego presenta un mundo abierto impresionante, con arrozales, templos y castillos, que visualmente parece una pintura de Hokusai. Sin embargo, Ubisoft ha añadido su propio toque de ficción histórica a este entorno, priorizando la acción y el drama sobre la precisión histórica.

Los protagonistas del juego, Yasuke y Naoe, ofrecen estilos de juego contrastantes: Yasuke encarna la fuerza bruta, mientras que Naoe se especializa en el sigilo y el parkour. Su improbable alianza es el núcleo de la historia, que mezcla intriga política, traición y drama, con los templarios y asesinos entrelazados en la narrativa.

Shadows introduce opciones de diálogo y un «modo inmersivo» en el que los personajes hablan sus idiomas nativos, lo que añade una capa extra de autenticidad. Aunque el juego rinde homenaje a la cultura japonesa, también se toma libertades creativas, lo que ha generado críticas por falta de respeto. Sin embargo, el juego nunca pretendió ser un simulador histórico, sino una aventura llena de acción en un Japón feudal ficticio.

Nos sumergimos de cabeza a este mundo que por fin nos lleva al Japón feudal, ese lugar que los fans de la saga llevamos pidiendo desde que éramos jóvenes y soñábamos con ninjas mientras veíamos Dragon Ball en lugar de hacer la tarea. Ubisoft ha sacado la katana, ha afilado la hoja oculta y nos ha dado un título que mezcla samuráis, shinobis y un toque de caos histórico con la gracia de quien intenta colarse en una fiesta sin invitación. Así que, agarren su sake, afilen sus sentidos y prepárense para una reseña larga, con humor y un ojo crítico sobre cómo este juego toca la historia del Japón feudal. ¿Listos? ¡Hajime!

Un Japón feudal que parece sacado de un anime (pero con menos pelo puntiagudo)

Desde el primer momento en que pones un pie en Assassin’s Creed Shadows, te das cuenta de que Ubisoft ha puesto el modo “turista total” para recrear el Japón del siglo XVI. Estamos en plena era Sengoku, un periodo de guerras civiles, señores feudales con egos más grandes que sus castillos y un caos político que hace que Juego de Tronos parezca un picnic familiar.

El juego nos presenta un mundo abierto lleno de arrozales, templos serenos, aldeas humeantes y castillos que gritan “¡atácame si te atreves!”. Visualmente, es una maravilla: los cerezos en flor, el cambio de estaciones y la vista de los lagos te hacen sentir que estás dentro de una pintura de Hokusai… hasta que un guardia te ve y todo se convierte en una escena de Kill Bill.

Dirección de arte: Un lienzo viviente del Japón feudal

Desde el primer vistazo, es evidente que la dirección de arte de Assassin’s Creed Shadows es una carta de amor al Japón de los periodos Sengoku y Azuchi-Momoyama. Thierry Dansereau, el director de arte, ha logrado un equilibrio magistral entre la autenticidad histórica y una estética pictórica. Los paisajes son un espectáculo: desde las imponentes montañas que parecen sacadas de una obra de arte al estilo de “La Gran Ola de Kanagawa”, hasta los intrincados castillos fortificados que funcionan como mazmorras laberínticas, todo respira vida y detalle.

Las estaciones cambian a lo largo de la campaña, no como un simple truco, sino como un reflejo de los eventos históricos, dotando al mundo de una sensación orgánica y dinámica. Imagina caminar por un bosque otoñal con hojas rojizas cayendo lentamente, o infiltrarte en un pueblo nevado bajo la luz de la luna; cada escenario es una postal que invita a la contemplación y a la exploración. El año pasado tuve la oportunidad de asistir a Gamescom en Alemania, justo recuerdo que vi una presentación de 30 minutos del juego donde el mayor énfasis fue el cambio de estaciones y como el clima afecta el mundo. Ahora, habiendo jugado el juego entiendo porqué fue tan importante , es parte intrínseca del juego y lo hace de manera genial y muy inmersiva. 

Un nivel de detalle que complementa a su jugabilidad

La recreación de ciudades como Kyoto y Osaka, con sus calles bulliciosas y santuarios serenos, muestra un nivel de detalle que trasciende lo funcional. Los elementos arquitectónicos, como las puertas de papel shoji o las vigas de madera de los tejados, no solo son decorativos, sino que interactúan con las mecánicas de juego, especialmente en las misiones de sigilo, ofreciendo múltiples posibilidades de interacción y estrategia. La paleta de colores, vibrante pero contenida, y la iluminación que juega con las sombras (un guiño al título del juego) elevan la experiencia a un plano casi cinematográfico.

La dirección de arte es tan bonita que dan ganas de enmarcarla, pero no nos engañemos: esto no es un documental de la NHK. Ubisoft ha tomado el Japón feudal y lo ha sazonado con su salsa especial de ficción histórica. Aquí no vas a encontrar un tratado académico sobre Oda Nobunaga (aunque aparece, claro), sino una versión hollywoodense con esteroides: más acción, más drama y menos preocupación por si las sandías y los cerezos florecen al mismo tiempo (sí, hubo polémica por eso, porque aparentemente algunos fans son expertos en botánica feudal).

Personajes históricos con arcos monumentales

Uno de los mayores aciertos de Assassin’s Creed Shadows es su apuesta por dos protagonistas con raíces históricas y arcos narrativos que se entrelazan de manera fascinante: Naoe, una shinobi ficticia pero anclada en el contexto real de los ninjas de Iga, y Yasuke, el legendario samurái africano que sirvió bajo Oda Nobunaga. Estos personajes no solo son vehículos para la jugabilidad, sino que encarnan la dualidad de un Japón en transformación, atrapado entre la tradición y la llegada de influencias externas.

Naoe, hija ficticia del maestro ninja Fujibayashi Nagato, es un torbellino de determinación y venganza. Su diseño visual, con un atuendo negro ajustado y detalles sutiles como el kusarigama colgando de su cintura, refleja su agilidad y letalidad. Su arco histórico está inspirado en la guerra Tenshō Iga, cuando Nobunaga arrasó los territorios ninja, y el juego parece explorar cómo esa tragedia moldea su identidad como asesina. Hay una belleza melancólica en su figura: una guerrera silenciosa que se mueve entre las sombras, pero cuya motivación personal la humaniza más allá del estereotipo del ninja.

Por otro lado, Yasuke es una presencia imponente. Basado en el samurái real de origen mozambiqueño que llegó a Japón con los jesuitas portugueses, su diseño destaca por su armadura pesada y su katana, que contrastan con su historia de esclavitud y ascenso. Es un símbolo de resiliencia y adaptación, un outsider que encuentra propósito en un mundo ajeno. La dirección de Dansereau lo retrata con una mezcla de fuerza bruta y dignidad serena, y su arco promete explorar su relación con Nobunaga, un titán histórico cuya ambición y crueldad resuenan en la narrativa.

Una historia feudal con un toque de telenovela

Hablemos de la trama, porque Shadows no es solo apuñalar gente y lucir genial haciéndolo. La historia se desarrolla en un Japón al borde del colapso, con Oda Nobunaga intentando unificar el país a golpe de espada y ambición. Yasuke empieza como su leal servidor, mientras Naoe lucha por su gente desde las sombras. Hay intriga política, traiciones, y un nivel de drama que podría competir con cualquier telenovela. Pero, tranquilos, no hay “te amo pero te odio”… o al menos no entre los protagonistas.

Lo interesante es cómo el juego usa el telón de fondo histórico para tejer su propia ficción. Los templarios y asesinos, como siempre, están metidos hasta el cuello, pero esta vez se sienten más integrados en el contexto. No es solo “mata al malo porque es templario”, sino que hay un trasfondo de poder, lealtad y destinos cruzados que le da profundidad. Eso sí, no esperes una clase de historia: los eventos reales, son más un punto de partida de un guión estricto. Si eres de los que se indignan porque Yasuke no lleva un diario histórico en la mano, quizás este no sea tu juego. Pero si te gusta una buena historia con giros y un toque de “esto es muy Assassin’s Creed”, estás en casa. 

Assassin’s Creed Shadows no pretende ser un simulador histórico

Ahora, hablemos del elefante en la sala de tatami: ¿cómo trata Shadows la historia del Japón feudal? Bueno, es un equilibrio entre reverencia y libertades creativas. Ubisoft ha hecho su tarea: los castillos, las armas, la arquitectura y hasta los cambios estacionales muestran un amor por la cultura japonesa. Hay detalles como los santuarios shinto, las armaduras samurái y las aldeas que te hacen asentir y decir “sí, esto es Japón”. Pero luego está el otro lado: la saga siempre ha sido ficción inspirada en la historia, no un simulador histórico. Así que sí, puedes romper cosas en un templo (¡sacrilegio para algunos!) o ver a Yasuke haciendo cosas que ningún registro histórico menciona.

Esto ha generado polémica, claro. Algunos dicen que es una falta de respeto, otros que es una obra maestra. Yo digo: es Assassin’s Creed. Si sobrevivimos a Leonardo da Vinci construyendo tanques y a George Washington siendo un villano encubierto, podemos aceptar que Yasuke sea un badass y que Naoe vuele por los tejados como si tuviera un jetpack invisible. El juego no pretende enseñarte historia, sino hacerte vivir una aventura en un Japón feudal con filtro de blockbuster. Y en eso, cumple con creces.

El juego también introduce opciones de diálogo (¡sorpresa!) y un “modo inmersivo” donde los personajes hablan en sus idiomas correspondientes: japonés para los locales, portugués para los comerciantes que trajeron a Yasuke, y presumiblemente inglés para el presente (porque, claro, sigue habiendo Animus). Esto le da un sabor único, aunque a veces te sientes como en un curso de idiomas mientras esquivas flechas.

Dos estilos, una misma misión

Yasuke y Naoe son el dúo dinámico que no sabías que necesitabas (mejor que Wisin y Yandel). La gran novedad de Shadows son sus dos protagonistas: Yasuke, el samurái africano de leyenda, y Naoe, la shinobi sigilosa que parece sacada de una peli de ninjas de los 80. Estos dos son como el yin y el yang, no podrían ser más diferentes, pero juntos funcionan de maravilla.

La jugabilidad de Assassin’s Creed Shadows brilla por la libertad de elegir entre Naoe y Yasuke en la mayoría de las misiones, cada uno con un estilo radicalmente diferente que enriquece la experiencia. Naoe es la encarnación del sigilo: se desliza por los tejados con un gancho, usa bombas de humo y shurikens para despistar enemigos, y ejecuta asesinatos precisos con la icónica hoja oculta. Su agilidad y movimientos fluidos, casi felinos, hacen que las infiltraciones sean un ballet de tensión y estrategia.

Esta shinobi es como una sombra con esteroides: trepa tejados, lanza kunais, usa bombas de humo y hace que los guardias se pregunten “¿dónde está?” mientras ella ya les cortó el cuello. Representa el Assassin’s Creed clásico: parkour, asesinatos desde las sombras y esa vibra de “si me ven, ya perdí”. Su motivación es proteger su provincia, Iga, de las invasiones y el caos político, lo que le da un toque personal a su arco narrativo.

Ahora vamos con Yasuke

Yasuke, en cambio, es una fuerza de la naturaleza. Su enfoque es directo: destroza puertas como si fuera el hombre Kool Aid, enfrenta grupos de enemigos con su katana y convierte cada combate en una demostración de poder. Los entornos destructibles añaden un toque visceral a sus peleas, y su peso físico se siente en cada paso. La dualidad entre ambos no es solo estética; el juego te invita a experimentar la misma misión de formas opuestas, adaptando tu estrategia según el personaje elegido.

Yasuke es un tanque con pies. Este hombre llega al campo de batalla como si fuera a una audición para Godzilla: arrasa con todo, usa katanas como si fueran palillos y tiene una presencia que dice “no me hables antes de mi café matutino”. Su historia empieza con él sirviendo a Oda Nobunaga, el señor feudal más famoso y temido de Japón, y el juego promete profundizar en cómo un extranjero de origen africano se convirtió en samurái. ¿Es históricamente preciso al 100%? No. ¿Es épico y te hace querer gritar “¡Yasuke!” mientras decapita enemigos? Absolutamente.

La dinámica entre ambos es lo que realmente brilla. El juego te permite alternar entre sus estilos (o elegir uno en ciertas misiones).

Misiones y actividades secundarias

Además de la campaña principal, Assassin’s Creed Shadows promete una gran cantidad de misiones secundarias y actividades que enriquecerán la experiencia de juego y permitirán al jugador sumergirse aún más en el Japón feudal.

Hay misiones que exploran las vidas cotidianas de los habitantes del Japón feudal, desde campesinos hasta samuráis y comerciantes. Estas misiones involucran tareas como la entrega de mensajes, la escolta de personajes importantes, la resolución de disputas locales o la caza de animales peligrosos. Además de las misiones, hay una variedad de actividades secundarias disponibles, como la observación de animales, competencias de tiro, aprender nuevas katas asi como la  la fabricación de armas y armaduras, y la exploración de tumbas y ruinas antiguas. 

Optimización y apartado gráfico del juego

Assassin’s Creed Shadows, es una entrega que realmente destaca por su pulido técnico y su presentación visual. Ubisoft ha puesto un esfuerzo notable en optimizar esta experiencia ambientada en el Japón feudal, y los resultados saltan a la vista. Los gráficos son un espectáculo: desde los detallados paisajes de mundo abierto, con sus campos de arroz ondulantes y castillos imponentes, hasta las animaciones fluidas de los protagonistas, Naoe y Yasuke. Todo esto se ve respaldado por una optimización sobresaliente que permite que el juego corra de manera estable incluso en configuraciones de hardware variadas.

En PC, por ejemplo, se incluye una herramienta de benchmark que facilita ajustar los parámetros gráficos a tu equipo, y las opciones como el ajuste de campo de visión (FOV) o la desactivación del desenfoque de movimiento dan un control extra al jugador. En consolas, la promesa de 60 FPS y resolución 4K (según las especificaciones confirmadas por Ubisoft) eleva aún más la experiencia.

Uno de los puntos más fuertes es la escasez de bugs. A diferencia de algunos lanzamientos previos de la saga que sufrían problemas notorios en sus primeros días (¿alguien recuerda las caras flotantes de Unity?), Shadows parece haber aprendido de esos tropiezos. Los entornos dinámicos, con objetos que pasan de estáticos a interactivos en tiempo real gracias a mejoras en el motor Anvil, funcionan sin apenas fallos. Esto no solo habla de un trabajo técnico sólido, sino de un compromiso por entregar un producto refinado desde el primer día.

Un gran abanico de opciones de lenguaje, pero un ausente importante para Latinoamérica

En cuanto a las opciones de idioma, Assassin’s Creed Shadows ofrece un abanico interesante, aunque con alguna ausencia notable. El juego cuenta con doblaje y subtítulos en español de España, una localización que, históricamente, ha sido bien recibida por su calidad y neutralidad en títulos anteriores de la saga. Sin embargo, no incluye una traducción o doblaje específico en español latinoamericano, lo que podría decepcionar a algunos fans de la región que buscan un toque más cercano a su variante del idioma. Aunque el español de España es perfectamente comprensible y está bien ejecutado, la falta de un doblaje latinoamericano sigue siendo un punto curioso, especialmente considerando la demanda de esta opción en comunidades de jugadores de América Latina.

A cambio, el juego sí apuesta por una función multilenguaje que respeta el idioma de los personajes según el contexto, algo que añade inmersión a la narrativa.

En resumen, Assassin’s Creed Shadows brilla por su apartado gráfico optimizado y su estabilidad técnica, con pocos bugs que empañen la experiencia. Las opciones de idioma, aunque sólidas con el español de España, dejan un pequeño hueco al no incluir español latinoamericano. Aun así, el conjunto es un paso firme hacia adelante para la franquicia, demostrando que Ubisoft puede equilibrar ambición visual y pulido técnico con maestría.

Assassin’s Creed Shadows destaca por sus impresionantes gráficos, optimización y estabilidad, funcionando sin problemas en diversas configuraciones. El juego casi no tiene errores y presenta entornos dinámicos. Aunque ofrece doblaje y subtítulos en español de España, carece de una opción en español latinoamericano, lo cual es una desventaja. En general, Shadows ofrece una experiencia visualmente impresionante y técnicamente sólida, lo que demuestra el compromiso de Ubisoft con la calidad.

La fórmula Ubisoft y su implementación en Assassin’s Creed Shadow

¿Qué es la fórmula Ubisoft? La fórmula Ubisoft, en esencia, es un molde reconocible que el estudio ha aplicado en sagas como Assassin’s Creed, Far Cry y Watch Dogs. Se caracteriza por mundos abiertos vastos y visualmente impresionantes, repletos de actividades repetitivas: torres de sincronización (o su equivalente) para desbloquear el mapa, misiones secundarias genéricas, recolección de recursos y un progreso basado en desmarcar íconos en un HUD saturado. Este diseño tuvo su apogeo con títulos como Assassin’s Creed II o Far Cry 3, donde la novedad y la calidad narrativa compensaba la repetición. Pero con el tiempo, los jugadores comenzaron a percibirlo como una receta predecible, un «checklist» que prioriza cantidad sobre profundidad.

En el pasado, esta fórmula fue un motor de éxito comercial, pero también se convirtió en el blanco de las mayores críticas hacia Ubisoft. Juegos como Assassin’s Creed Unity (2014), con sus bugs y su mundo abrumadoramente lleno de tareas redundantes, o Ghost Recon Breakpoint (2019), que intentó monetizar cada rincón de su diseño, expusieron las grietas de este enfoque. Los fans y críticos parecen señalar que Ubisoft parecía encasillado, reciclando mecánicas en lugar de innovar, lo que erosionó su reputación y alienó a parte de su base de jugadores. 

Assassin’s Creed Shadows y la fórmula Ubisoft: ¿Evolución o repetición?

En Assassin’s Creed Shadows, la fórmula Ubisoft está presente, pero con matices que intentan responder a esas críticas. El mapa, ambientado en el Japón del siglo XVI, sigue la tradición de ser un espacio amplio lleno de puntos de interés: castillos para infiltrarse, aldeas para liberar, y santuarios que funcionan como torres de observación. La dualidad de los protagonistas, Naoe y Yasuke, añade una capa de variedad a estas actividades. Por ejemplo, escalar un tejado con Naoe para desbloquear una vista panorámica se siente fresco gracias a su agilidad ninja, mientras que Yasuke transforma las misiones de conquista en enfrentamientos brutales que rompen con el sigilo típico de la saga.

El mundo abierto está diseñado con un nivel de detalle visual que recuerda a Assassin’s Creed Odyssey, pero con un giro estacional: el paso del tiempo afecta los entornos y las misiones, un intento de hacer que el espacio se sienta vivo y menos estático. Sin embargo, no se puede ignorar que la estructura subyacente sigue siendo familiar: hay coleccionables esparcidos por el mapa (armas, pergaminos históricos), misiones secundarias que a menudo se reducen a «elimina al jefe» o «recoge X objeto», y un sistema de progresión que incentiva grindear para mejorar equipo. Para un venezolano como yo, donde el acceso a juegos AAA suele ser un lujo, esta familiaridad puede ser reconfortante, pero también me hace preguntarme si Ubisoft realmente escucha a su audiencia.

El encasillamiento y la crisis económica de Ubisoft

El mayor problema de esta fórmula no es solo su predictibilidad, sino cómo ha contribuido a la percepción de Ubisoft como un estudio estancado. En los últimos años, títulos como Star Wars Outlaws (2024) recibieron críticas por sentirse como «más de lo mismo», mientras que los retrasos y cancelaciones de proyectos han dañado la confianza de los inversores. La mala fama de Ubisoft, alimentada por controversias internas y una dependencia excesiva en microtransacciones, ha coincidido con una situación económica delicada. En 2025, los reportes financieros muestran que la empresa lucha por recuperar terreno frente a competidores como CD Projekt Red o FromSoftware, que apuestan por experiencias más enfocadas y arriesgadas.

Assassin’s Creed Shadows es un intento de romper este ciclo, pero no está exento de riesgos. La inclusión de dos protagonistas con estilos opuestos (sigilo vs. combate directo) y una narrativa histórica centrada en Yasuke y Naoe busca diversificar la experiencia, así como el modo inmersivo busca otro tipo de narrativa pero las misiones secundarias y el diseño del mundo no logran escapar del molde repetitivo, podría ser otro clavo en el ataúd de la reputación del estudio.

Solo el tiempo dirá si veremos cambios positivos

Los fans, incluida una comunidad creciente que sigue la saga, quieren algo más que un mapa grande y bonito: quieren innovación. AC Shadows tiene suficiente innovación y cambios en la Fórmula Ubisoft que pienso que deberían ser apreciados y ojala reconquiste a los viejos fans y atraiga nuevos. Pero solo el tiempo lo dirá. 

Desde mi perspectiva, Assassin’s Creed Shadows implementa la fórmula Ubisoft con suficiente pulido visual y narrativa para destacar en 2025, pero no logra desprenderse del todo de su sombra. La dirección de arte y los personajes históricos son un anzuelo poderoso, y la dualidad de Naoe y Yasuke ofrece un respiro a la monotonía. Sin embargo, si Ubisoft quiere salir de su encasillamiento y revertir su mala racha económica, necesita ir más allá de retoques superficiales y apostar por una reinvención real. Para alguien como yo, que escribe desde un país donde cada juego es una inversión emocional y monetaria, espero que Shadows sea un paso adelante, no solo otro ícono más que desmarcar en el mapa.

El Legado de la saga y la promesa de Shadows

Assassin’s Creed Shadows se presenta como un título que no solo busca innovar dentro de la saga, sino también rendir homenaje a sus raíces y a su legado. La vuelta a un enfoque más centrado en el sigilo y el asesinato, la presencia de dos protagonistas con mecánicas únicas y la ambientación en un periodo histórico rico y detallado son elementos que recuerdan a los primeros juegos de la saga, como Assassin’s Creed II.

Al mismo tiempo, Shadows incorpora elementos nuevos y modernos, como la exploración de un Japón feudal detallado y realista, la inclusión de personajes históricos fascinantes y la posibilidad de elegir entre dos estilos de juego diferentes. Estos elementos prometen ofrecer una experiencia de juego fresca y emocionante, tanto para los veteranos de la saga como para los nuevos jugadores.

Conclusión sobre Assassin’s Creed Shadows

Assassin’s Creed Shadows se presenta como una entrega prometedora que busca equilibrar la nostalgia de los primeros juegos con la innovación y la modernidad. Su dirección de arte sublime, sus personajes históricos fascinantes y su jugabilidad variada y desafiante lo convierten en un título que promete cautivar a los jugadores y transportarlos al corazón del Japón feudal.

Es un juego que abraza el Japón feudal con los brazos abiertos, un poco de irreverencia y mucho corazón. La historia de Yasuke y Naoe es emocionante, el mundo es un espectáculo visual y la mezcla de acción y sigilo te mantiene enganchado como si fueras un ninja persiguiendo su próximo objetivo. ¿Es perfecto? No, tiene sus clichés y sus licencias históricas que harán que los puristas se arranquen el kimono. Pero como experiencia, es un viaje que vale la pena.

En última instancia, Assassin’s Creed Shadows se sitúa en una encrucijada para Ubisoft. Tiene el potencial de revitalizar la saga, reconquistar a los fans de antaño y atraer a nuevos jugadores gracias a su ambientación única y la promesa de una narrativa absorbente centrada en personajes históricos fascinantes. No obstante, su éxito dependerá de si logra equilibrar la familiaridad de su fórmula con una verdadera evolución en sus mecánicas y diseño de mundo, ofreciendo una experiencia que se sienta fresca y significativa, y no solo como otro icono más para desmarcar en un mapa virtual. Solo el tiempo dirá si Shadows se convertirá en un hito memorable o en un reflejo más de las limitaciones creativas que han afectado a Ubisoft en los últimos años.

Nuestra reseña de Assassin’s Creed Shadows fue realizada en PC gracias al código cedido por Ubisoft Latinoamérica. Assassin’s Creed Shadows llega el 20 de marzo a PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC.


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