En una comunidad de La Florida, un hombre denunció a su hermano y a la esposa e hijas de este, por meter a personas extrañas a la casa en la que viven juntos y formar escándalos y peleas todos los días hasta altas horas de la noche, mientras consumían bebidas alcohólicas.
Miguel Suárez, primer oficial del Cuerpo de la Policía Nacional Bolivariana (Cpnb) y coordinador de la sala de mediación y resolución de conflictos de la parroquia El Recreo, aseguró a Últimas Noticias que el denunciante expuso que hay rumores de que también ingieren sustancias psicotrópicas.
En la propiedad de dos pisos residen el denunciante, su hermano, la esposa y las dos hijas de este, los cónyuges de ambas mujeres y dos niños con menos de siete años de edad. Si bien la vivienda es una herencia que dejó su madre fallecida a cuatro hermanos, los demás se deslindaron de la situación. Uno se encuentra en el extranjero y el otro tiene su propio hogar.
El señor explicó que él vive en una de las habitaciones del primer piso del domicilio y que el ambiente se ha vuelto tan hostil que debió colocar una reja para impedir que los extraños, a los que les han dado acceso a la propiedad, lo despojen de sus pertenencias.
Según informes presentados por el solicitante, en la vivienda hay acumulación de basura, lo que ha generado la proliferación de cucarachas, roedores y otras plagas; y los baños, la cocina y espacios comunes siempre están sucios. Por estas razones se podría considerar inhabitable para los hijos de su sobrina.
Debido al estado crítico en el que viven en la casa, la comunidad recomendó al solicitante dirigirse al Servicio de Policía Comunal del Cpnb.
Mediación
Se llevó a cabo un encuentro donde se discutieron las condiciones de la vivienda. Las imágenes que documentan el estado del inmueble confirmaron las preocupaciones del denunciante.
Suárez, quien se encargó de la mediación, relató que en el proceso de diálogo el hermano acusado dijo que él había construido el segundo piso sobre la propiedad y que esa área le pertenecía y podía hacer lo que quisiera allí. No obstante, se le brindó orientación legal y se le recordó que toda construcción efectuada en la casa debe considerarse dentro del marco de la herencia compartida.
Acerca de la falta de higiene en el hogar, una de las hijas del demandado acotó que ella ha intentado limpiar, pero nadie más aporta y ella se despreocupó al ver la indiferencia del resto de la familia.
Adicionalmente, revelaron que la esposa del acusado consume bebidas alcohólicas con mucha frecuencia y ha llegado a un estado de indigencia.
Narraron que irrumpe en la vivienda tratando de derribar la puerta y han recibido quejas de los vecinos por los escándalos. Sin embargo, también hay diferencias religiosas entre los hermanos. Mientras uno practica el espiritismo, los otros se adentran en la santería. Las creencias personales de cada uno influyeron en las relaciones familiares.
En vista de los acontecimientos, Suárez indicó a los presentes que deben tomar cartas en el asunto y llegar a un acuerdo, con el fin de restablecer la armonía familiar y proteger a los niños involucrados.
Compromiso
Tras una larga charla, el mediador leyó los puntos que resultaron del consenso entre las partes, resaltando el compromiso por evitar agresiones físicas, verbales y psicológicas.
Se concluyó que, por el bienestar de los niños, la familia y la comunidad, se debe limitar el acceso de personas ajenas a la casa y las reuniones hasta altas horas de la noche.
Asimismo, todos deben colaborar para mejorar las condiciones de la vivienda y garantizar un ambiente seguro a los menores de edad.
Se sugirió al denunciante acudir al Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes para formalizar su denuncia y buscar asistencia legal para proteger a sus sobrinos. Igualmente, se les solicitó a las hijas del denunciado buscar ayuda profesional para su madre. Por último, se les pidió tolerar las creencias y prácticas religiosas a cada hermano.
Entretanto, los funcionarios del Servicio de Policía Comunal del Cpnb se comprometieron a hacer seguimiento al caso y a realizar visitas periódicas a la familia, con el objetivo de evaluar el cumplimiento de los acuerdos. De no ver avances, remitirán el caso a las entidades competentes.
Normativas
Para la resolución del conflicto, el servicio del Cpnb se planteó cumplir lo dispuesto en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescente, que tiene por objeto garantizar a los menores, siempre que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y el disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías.
Adicionalmente, los funcionarios de la Policía Comunal actuaron de conformidad con lo establecido en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana para el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del municipio Libertador de Caracas, que hace referencia al respeto a la dignidad humana y la protección social de grupos vulnerables, especialmente a las mujeres, adultos mayores y los niños.
la legislación en detalle
Valores y principios. Según el artículo 8 de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana, el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del municipio Libertador, algunos son la tolerancia, la corresponsabilidad, la solución pacífica de las controversias, entre otros.
Grupos vulnerables. En la Ordenanza se definen como personas que, por diversas circunstancias, ven afectados el goce o ejercicio de sus derechos humanos y garantías constitucionales.
Deberes de Solidaridad Social. El artículo 14 de la Ordenanza establece como deber de los ciudadanos colaborar en la ejecución de políticas públicas destinadas a la inclusión de los grupos vulnerables. Asimismo, denunciar ante las autoridades competentes la permanencia no supervisada en horarios no permitidos de niñas, niños o adolescentes.
Deberes de Organizaciones y Entidades. La Ordenanza en su artículo 16 refiere como un deber de las organizaciones públicas o privadas el contribuir con las medidas correctivas y sancionatorias establecidas para la atención integral de los niños, niñas y adolescentes en condición de riesgo social.
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