El 18 de febrero es el Día Internacional del Síndrome de Asperger. Es una fecha para sensibilizar a las personas sobre esta condición que en el año 2013 se integró en el diagnóstico del espectro autista (TEA).
Una de las características del Asperger es su dificultad para la relación social. Estas personas pueden tener problemas para comprender las normas sociales, interpretar el lenguaje corporal o mantener una conversación, lo que no implica falta de deseo de socializar, sino una forma diferente de descifrar el entorno.
Suelen mostrar intereses intensos sobre temas diversos y, en oportunidades poco comunes, con enfoques particulares, por lo que desarrollan conocimientos profundos sobre ciencias, artes, tecnología o robótica. Sin embargo, esta intensidad suele aislarlos de su grupo de pares al no compartir estos intereses.
Los Asperger suelen enfrentar desafíos en su vida diaria: dificultad para iniciar y mantener una conversación, así como para comprender sutilezas del lenguaje. Tienen alta sensibilidad ante luces, ruidos intensos o texturas y les cuesta controlar sus emociones, identificarlas y expresarlas. A veces son exageradas o inapropiadas.
El Asperger es una forma única de interpretar y experimentar el mundo y, aunque presenta desafíos, también es una oportunidad de ver la vida de forma diferente. Con apoyo adecuado, estas personas pueden prosperar y contribuir significativamente a la sociedad. La empatía y la comprensión son esenciales para construir un entorno inclusivo y solidario.
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