Venezuela, como miembro fundador del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), realiza grandes esfuerzos para promover y defender el uso pacífico de la energía nuclear, así como el desarrollo de las ciencias nucleares para la vida, siendo su lema «átomos por la paz».
Durante la 69 Conferencia General del OIEA, el viceministro y director del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), Alberto Quintero, criticó la presencia de un submarino nuclear de la fuerza armada estadounidense, en las cercanías de las aguas territoriales venezolanas, violando el Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina (Tlatelolco 1962), que había logrado convertir a Latinoamérica en el único territorio libre de armas nucleares del mundo.
La presencia ilegal de este submarino, busca reeditar las amenazas nucleares vividas por el mundo en los años 40 y 50, intentando destruir la paz, la estabilidad y la diplomacia.
Venezuela, desde años previos a la creación del OIEA y hasta la actualidad, ha abogado por la no proliferación de armas ni amenazas nucleares, resaltando en discursos del propio Humberto Fernández-Morán, que las ciencias nucleares deben desarrollarse para la paz y el bienestar de la humanidad y no para su destrucción, así, en 1957 nace el OIEA con el propósito de prevenir una tragedia mundial como la vivida en Hiroshima y Nagasaky en 1945, producto de las bombas nucleares lanzadas por los Estados Unidos de Norteamérica, que acabaron con la vida de más de medio millón de personas y que aún hoy se sufren secuelas.
Tecnología nuclear como herramienta principal para diagnósticos médicos
Por su parte, la vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez, explicó que las tecnologías nucleares son hoy la principal herramienta para el diagnóstico médico a través de tomografías, rayos X, resonancias magnéticas nucleares y la mamografía, que además, abarca también un importante campo conocido como la radiofarmacia, siendo este la única alternativa para el tratamiento del cáncer, permitiendo salvar miles de vidas.
A través su cuenta en Telegram, Jiménez resaltó que estas tecnologías permiten el estudio detallado de animales, plantas, cuerpos de agua y estructuras a través de sus aplicaciones en la microscopia electrónica, la resonancia magnética y la gammagrafía, «estas herramientas han permitido, por ejemplo, el estudio y control de pandemias a través de la secuenciación genética. Son múltiples y variadas las aplicaciones pacíficas de la energía nuclear».
Venezuela se convirtió en 1955 en el primer país de América Latina en contar con un instituto dedicado exclusivamente a ciencias e investigaciones nucleares, hoy día Instituto Venezolano de Investigaciones Cientificas (IVIC), así como en contar con un reactor nuclear de investigación.
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