El instinto y el paladar no engañan: un puñado de cerezas, un jugo de tomate o una rodaja de patilla, en fin, las frutas y verduras rojas contienen poderosas sustancias para preservar la salud y la juventud, todos los meses del año se pueden encontrar frutas y verduras de color rojizo: frambuesas, patilla, tomates, cerezas, todas, como muchas otras, portadoras de una tonalidad que traduce la presencia de licopeno, un micronutriente con un poderoso efecto antioxidante y protector de la salud. De allí que fruta fresca, jugos, ensaladas o gazpachos, al formar parte de la dieta, preservan la salud y la belleza, sobre todo si quien las consume va a estar constantemente expuesta al sol.
PODER ESCARLATA
Lo ideal es que cada temporada la dieta cambie en función de los productos de la estación. Muchos de estos alimentos que contienen licopeno, una sustancia que ha despertado gran interés entre los investigadores por sus propiedades antioxidantes, se traducen en un efecto protector frente a enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, además de frenar y prevenir el envejecimiento.
“Este pigmento vegetal pertenece a la familia de los carotenoides, de la que forman parte también los betacarotenos (presentes en las zanahorias). A diferencia de éstos, el licopeno no se transforma en vitamina A, por lo que en un principio no se les dio tanta importancia para la salud. Sin embargo, estudios recientes han puesto de manifiesto sus virtudes”, señala el nutricionista José Joaquín Ballesteros.
Aunque los especialistas no hablan de una cantidad diaria recomendada, sí afirman que su consumo regular (obtenido mediante una alimentación rica en frutas y hortalizas) es claramente beneficioso para la salud.
VENTAJAS DEL PÚRPURA
Seguir una dieta rica en licopeno ayuda a:
• Combatir los radicales libres, causantes del envejecimiento celular.
• Prevenir diferentes tipos de cáncer, como el de próstata.
• Controlar el colesterol.
• Proteger contra las enfermedades cardiovasculares.
• Tener una pantalla de protección extra contra la exposición solar y el humo del tabaco.
SIGUE LA DIETA MEDITERRÁNEA
Aunque han aparecido en el mercado suplementos a base de licopeno, sería suficiente seguir la dieta mediterránea para obtener las cantidades necesarias para obtener beneficios en nuestra salud (a pesar de sus virtudes, su carencia no afecta negativamente al organismo al no ser un nutriente esencial). El nutricionista José Joaquín Ballesteros acota que frutas como la patilla, las cerezas o las fresas aportan buenas dosis de esta sustancia, pero son los tomates y sus derivados los que mayor cantidad de licopeno contienen. “Cuanto más rojos y maduros sean los tomates, mayor contenido de esta sustancia tienen”.
Siguiendo con la dieta mediterránea, el aceite de oliva es uno de los mejores complementos del licopeno, ya que al tratarse de un pigmento liposoluble, al ir acompañado de aceite es asimilado mejor por el organismo. Curiosamente, el calor también beneficia esta sustancia, por lo que el tomate frito e incluso el denostado kétchup contienen mayor concentración de licopeno. En el mercado hay también gazpachos envasados, jugos refrigerados y otros productos elaborados con concentrado de tomate que aportan importantes cantidades de este micronutriente.
PARA CADA DÍA
Desayuno: 1 té rojo endulzado con azúcar moreno, un bol de frutos rojos (fresas, frambuesas, arándanos) con avena y yogur desnatado.
Comida: Salmón con huevo cocido y jamón picado, 1 tostada de jamón, aceite de oliva y tomate natural, 1 puñado de cerezas.
Cena: Sopa de tomate, ensalada de remolacha con mozzarella o atún y 1 rodaja de patilla.
Entre horas: Cualquier fruta roja entera o licuada sin azúcar añadido.
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