Una amiga siempre me dice que basta con leer las opiniones que dejan algunas personas en las redes sociales para perder la fe en la humanidad. A veces creo que tiene razón.
Sin embargo, no puedo dejar de hacerlo. Casi siempre me decepciono. Pero, de vez en cuando, consigo algo digno de ponerme a pensar.
Durante el transcurso de la semana, tres reels y su respectivo desfile de comentarios, me volaron la cabeza.
En el primero, el psicólogo y escritor argentino, Gabriel Rolón, afirmaba que no tiene que pasar “algo terrible” para que nos separemos de alguien:
“¿No basta con no estar siendo feliz, no estar viviendo en paz, no tener sueños compartidos o proyectos en común? Con eso alcanza. No hace falta una tragedia, una traición, una estafa moral. Pero la gente no lo entiende y casi que eres enjuiciado por decir ‘me separe porque no era feliz’, como si no fuera suficiente“, dijo.
Entonces, en los comentarios, apareció el mar de indignación: “No estoy de acuerdo, la familia es lo primero”, “para tomar una decisión tan grande como romper una familia tiene que pasar algo muy pero muy grave”, “en búsqueda de esa supuesta felicidad andan muchos y muchas destruyendo familias, niños”, “es bonito lo que dice pero de ser así las parejas no durarían ni dos años”, “no es así, hay que aguantar, resistir, luchar”.
Al leerlos, no pude evitar recordar una caricatura de ‘los románticos pendejos’ donde la mujer le dice al hombre: “Sigamos juntos, es que no quisiera terminar la relación más estable y funcional que he tenido por el insignificante hecho de no estar enamorados”.
Y ojo: yo apuesto por los vinculos, creo que se construyen día a día, y no deberíamos abandonarlos porque “ay, me provocó”, “es que hoy amanecí así… rara/o”, ni por la idealización del pasado, de lo no vivido o de lo nuevo.
Pero con el caso de Rolón no puedo evitar preguntarme:
¿En qué momento dejó de parecernos importante el hecho de NO ser felices, de no tener paz, de no compartir ni un plan con la persona que duerme y despierta todos los días a nuestro lado? ¿Qué entendemos por “familia” y por qué es tan “sagrada”? ¿Qué nos impide conformar estructuras distintas? ¿Dónde reposan nuestros miedos? ¿Hasta cuándo creeremos que alguien ajeno a nuestra relación tiene el poder de destruirla?
Pareciera que Mimí Lazo tiene razón cuando ironiza con su “No seré feliz pero tengo marido”. ¿Cuándo empezó a ser más importante “no estar sola” que ser amada o amar? ¿En qué punto nos compramos el seguir juntos, aún infelices, porque “llevamos tantos años”?
Diría Ana Milán: “Hay que dejar de pensar que el amor que funciona es el amor que está muchos años. Eso es un absurdo. De hecho, cuando tú le preguntas a alguien que lleva 30 años con la misma pareja: ¿cuál es el secreto? Te dicen: aguantar, soportar. No vinimos a la vida para aguantar. Hay que quitarse de la cabeza que el ‘para siempre’ es lo que funciona, lo que funciona es lo que nos hace felices independientemente del tiempo”.
Ah… ¿qué bajo estos preceptos las parejas no durarían un carajo? Bueno, toca asumirlo. Pero en el más amplio sentido de la palabra. Es decir, desde preguntarnos ¿realmente quiero vivir toda mi vida al lado de este ser? ¿es viable? ¿si? ¿no? ¿por qué? ¿? Y de ser un sí, trabajar diariamente para que el amor y la felicidad mutua duren. Y si eso no es posible, despedirse de una forma sana… porque eso también es amor.
El segundo y tercer reel van un poco de eso: ¿es viable esta pareja?
La presentadora Corina Randazzo afirma:
“Cuando tienes una relación sana contigo misma, si alguien no cumple con sumar a tu vida, expandirte, compartir valores y proyecciones, no abres la puerta. Por ejemplo, si tú mantienes hábitos saludables, pero el otro fuma, bebe alcohol, vive de fiesta, no hay compatibilidad. Si tú cuidas tu salud mental, has trabajado mucho en sanar tus heridas, incluso en cultivar tu educación financiera ¿por qué aceptar a alguien que no? No eres su madre, quieres es una pareja. No te conformes ni aceptes menos de lo que mereces”.
De nuevo, se armó el verguero en los comentarios: “No estoy de acuerdo con el tema financiero, hay situaciones malas que no son por decisión propia”, “es bastante clasista no querer conocer a alguien por su economía”, “hay que estar en las buenas y en las malas”, “este yoismo nos lleva a la soledad”, “es muy egoísta”, “quizás alguien tiene estabilidad financiera pero a los 3 años la pierde”.
A ver: El estatus económico es una cosa y la educación financiera es otra, una vaina es tener poca o mucha plata y otra lo que haces con ella, y claro que la estabilidad económica de quienes no nacimos ricos de cuna es una montaña rusa perenne, pero incluso en esos casos es importante el cómo la transitamos, una cosa es intentar resolver y otra echarte a dormir, y de bolas que esto influye en una relación, que hagan falta dos ingresos para los pañales de los carajitos no convierte a nadie en un clasista.
¿Pensar así nos lleva a la soledad? Venga, seguro será mejor estar solos. ¿Qué esto es muy egoísta? Ah pero si alguien dijese todo lo contrario saldrían a gritarle: “un poquito de amor propio, por favor”
El tercer video, es una escena de la película ‘Posdata te amo’ donde la actriz Lisa Kudrow se pasea por un bar buscando el amor sin muchos rodeos. Por eso, a cada tipo al que se le acerca le pregunta lo mismo: ¿Eres soltero? ¿Eres gay? ¿Tienes trabajo? Y dependiendo de sus respuestas, se queda o se va. Cuando todas las respuestas resuenan con ella, lo besa, pero si no siente nada también se va. De eso se trata ¿no? juntar los no negociables con la pasión. ¿Es difícil? Claro, dificilísimo. Pero lo contrario es: juntarte con un casado, un gay, un vago, un tipo por el que no sientas ni el más minimo deseo.
Aún así, en los comentarios se repitió el patrón: “se ve desesperada”, “cuando pasas los 40 ya no puedes andar de exigente”, “si un hombre hiciera eso sería crucificado”, bla bla bla.
¿Está desesperada alguien que no quiere perder su tiempo? Es que, de repente, a mi me resultan mucho más “desesperadas” las personas que se juntan con cualquiera con tal de no estar solas y, al final, sufren igual.
¿Al pasar los 40 no podemos exigir? ¿En serio creen que cuando por fin tenemos claro lo que queremos entonces “no podemos exigir”? ¿Y si un hombre hiciera eso sería crucificado? Ya va ¿acaso no estamos en el país donde un montón de cuarentones-cincuentones buscan carajitas de 20?
Pero, obviando eso, a mí me resulta bastante sexy un tipo que tenga claro cómo es la mujer que quiere a su lado, no solo sexy, me parece admirable, mucho más que un huevo alegre.
Seguimos.
Por: Jessica Dos Santos / Instagram: Jessidossantos13
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