Yohel Pozo se gozó su "segundo debut" en Grandes Ligas


El receptor zuliano de 27 años, Yohel Pozo, experimentó el lunes por la noche algo parecido a un «segundo debut» en Grandes Ligas, puesto que no jugaba al máximo nivel del beisbol desde 2021 y pese a la derrota de los Cardenales de San Luis 8-4 frente a los Piratas de Pittsburgh en PNC Park, vivió un momento entrañable, cuando pegó cuadrangular ante los envíos de Thomas Harrington y su familia estaba ahí.

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«Tan pronto como conecté el jonrón, supe dónde estaban sentados y les hice una seña. Fue un gran momento».

Cabe destacar que Yohel Pozo vivió una dura situación personal en 2020 cuando su hijo de meses, Paul, sufrió un derrame cerebral que lo mantuvo en el hospital durante algún tiempo. En ese entonces, la pandemia del COVID-19 detuvo los deportes y el careta zuliano se quedó sin trabajo y seguro médico. Posteriormente las finanzas de la familia se agotaron, lo que los obligó a pasar hambre e incluso viviendo en un Hyundai Sonata.

Se aseguró de ser un gran trabajador para su hijo

«No teníamos hogar en el 2020 cuando mi hijo estaba en el hospital, así que eso me dio el [impulso] para nunca desanimarme en el béisbol», dijo Yohel Pozo antes del partido. «Así que todo el tiempo que he estado en las Ligas Menores, simplemente he estado trabajando para poner buenos números para poder tener un trabajo y seguro para cuidar a mi hijo y a mi familia

En cada temporada en Ligas Menores desde 2021, Pozo bateó por encima de .300 y de por vida tiene promedio de .297; a razón 863 imparables en 2902 turnos al bate, con 89 cuadrangulares y 445 carreras impulsadas.

Ahora, el marabino viaja con su familia -integrada por su esposa y dos hijos- a todas partes, ellos o apoyan en las buenas y en las malas y permanecen unidos.

«La razón por la que llevo a mi familia conmigo en cada gira es por [Paul]», dijo Pozo. «Prefiero que, si él tiene un episodio, yo pueda correr a la sala de emergencias y estar con él».

El lunes, la familia Pozo estaba muy lejos del estacionamiento de Walmart en Orlando, Florida, donde se vieron obligados a dormir en el coche y a racionar la comida. En lugar de conducir para servicios de entrega de comida, estaba conectando batazos al más alto nivel del deporte. Sin lugar a dudas, la vida le tenía guardada una recompenza a Yohel Pozo y su familia.


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