Los bonos verdes son instrumentos financieros que pueden ser emitidos por
diversos tipos de entidades, incluyendo empresas privadas, organismos públicos
(como gobiernos municipales, estatales o locales), e instituciones supranacionales.
Estos emisores buscan captar recursos para orientarlos hacia el financiamiento de
proyectos sostenibles específicos, como energías renovables y limpias, gestión de
recursos hídricos, recuperación de áreas verdes o reservaciones forestales y
protección animal.
El mercado de bonos verdes se inició en julio de 2007, con la emisión de los
primeros bonos de este tipo por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI). En
el año 2008, el Banco Mundial (BM), lanzó su primera emisión de bonos verdes
destinada a inversionistas institucionales tradicionales.
Durante sus primeros años, la mayoría de estos bonos fueron emitidos por
instituciones financieras multilaterales de desarrollo, como el Banco Mundial (BM),
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera
Internacional (CFI), con el objetivo de financiar proyectos que no tuvieran un
impacto negativo en el medio ambiente, bioma o afectaran el clima.
Las finanzas de los bonos verdes han promovido el desarrollo de diversos tipos de
instrumentos financieros, creados para cumplir con objetivos específicos de
sostenibilidad y estructuración financiera. Estas especificidades le dan a emisores
e inversores la posibilidad de alinear sus metas ambientales de manera más
efectiva.
Bono verde de uso de fondos
Es el instrumento financiero más común, donde los recursos captados se destinan a proyectos verdes, aunque el aval financiero se deriva del balance del emisor,
dando a los inversores acceso a todos los activos del emisor.
Bono de ingresos verdes
Los recursos se destinan en proyectos verdes, y los desembolsos a los inversores se realizan únicamente con los ingresos generados por dichas iniciativas, como instalaciones de energía renovable o infraestructuras sostenibles.
Bono de proyecto verde
Los fondos se destinan directamente a un proyecto específico, y los desembolsos provienen
de los ingresos generados por dicho proyecto, lo que vincula a los inversores con el desempeño del mismo.
Bono verde titulizado
Este instrumento financiero agrupa múltiples proyectos verdes y emite bonos respaldados por los flujos de ingresos combinados generados por los proyectos, como ocurre
con un conjunto de proyectos solares que generan ingresos que se destinan a cubrir el retorno económico a los inversores.
Actualmente existen experiencias de empresas privadas y corporaciones de
diversos sectores, incluyendo energía, telecomunicaciones y finanzas, que
emiten bonos verdes para financiar sus proyectos sostenibles.
También los gobiernos (en todos sus niveles) y entidades públicas que necesitan
financiar proyectos de infraestructura sostenible, como transporte limpio o
gestión de agua, lo han empleado.
A lo anterior se suma el sector financiero (Bancos de Desarrollo), empresas de
seguros e instituciones supranacionales que apoyan el financiamiento de
proyectos sostenibles en diferentes regiones del mundo.
Los fondos recaudados se destinan a proyectos con beneficios ambientales y
sociales, como energías renovables, eficiencia energética o gestión de residuos.
La iniciativa de emisión de bonos verdes ayuda a las organizaciones, públicas o
privadas, a mostrar su compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad
corporativa.
Además, los Bonos Verdes o GBP (por su terminología anglosajona, Green Bond
Principles), atraen a inversionistas que buscan no solo rentabilidad financiera,
sino también un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad, apoyando a
los emisores en el financiamiento de proyectos ambientalmente racionales y
sostenibles que fomenten una economía de emisiones netas cero y protejan el
medio ambiente.
Estos instrumentos financieros permiten la recaudación de capital y la inversión
para proyectos nuevos y existentes, con beneficios ambientales en cuanto a la
recuperación del equilibrio del bioma y de la diversidad de especies vivas que allí
habitan, mitigando así la huella ambiental derivada de la actividad antrópica.
La emisión alineada con los GBP debe proporcionar credenciales verdes
transparentes junto con una oportunidad de inversión. Al recomendar que los
emisores informen sobre el uso de los fondos de los Bonos Verdes, los GBP
promueven un cambio radical en la transparencia que facilita el seguimiento de los
fondos para proyectos ambientales, al mismo tiempo que apuntan a mejorar la
comprensión de su impacto estimado.
La transparencia y la divulgación de los GBP promueven la probidad en el
desarrollo del mercado de Bonos Verdes, al aclarar el enfoque para la emisión de
un Bono Verde. Esto permite a los inversores, instituciones financieras, suscriptores, organizadores, agentes de colocación y otros actores a comprender
las características de cualquier Bono Verde determinado.
Los GBP enfatizan la transparencia, precisión e integridad requeridas de la
información que los emisores divulgarán y reportarán a las partes interesadas
mediante copiosa información y recomendaciones clave, a los fines de garantizar
la evolución del mercado y las iniciativas complementarias.
Este creciente interés por los GBP, como instrumento financiero relativamente
nuevo, ha generado una demanda por información accesible sobre el mercado de
bonos verdes, cuyo objetivo es movilizar nuevas fuentes de financiamiento de
iniciativas relacionadas con el cambio climático.
Finalmente, se puede resumir que los bonos verdes (GBP) no son una “solución
milagrosa” para obtener financiamiento de iniciativas para abordar el cambio
climático, pero sí está incidiendo en los actores y participantes del mercado de
capitales hacia la dirección correcta para lograr con un nivel significativo, reducir el
impacto del cambio climático; acompañado de las políticas públicas activas y la
participación constante del sector privado.
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