Bienvenido a casa Gregorio Petit


El beisbol ha cambiado y mucho, tanto que -de alguna manera- hemos tenido que reaprender a evaluar a los jugadores. Fórmulas van y fórmulas vienen en el afán de ver más allá de lo evidente. Pero todavía hay una parte de la historia que no pueden registrar con números porque sencillamente no hay métrica que hable del compromiso, disciplina, entrega o influencia que puede tener un jugador en sus compañeros. Y vaya que esos son elementos claves en la carrera de un jugador. Por cualidades como esas es que aún viven en la memoria de la afición peloteros como Gregorio Petit, caballo de mil batallas, que está listo para reaparecer en la LVBP.

Gregorio fue un pelotero que, hoy por hoy, siete años después de su retiro, todavía es fácil de recordar. Atrapadas sensacionales, batazos claves y un don de liderazgo nato lo ayudaron a disputar en el beisbol venezolano 13 contiendas (2006-2018), todas con la camiseta de los Leones del Caracas, equipo con el que además fue campeón en aquella inolvidable final de 2010 ante Navegantes del Magallanes. Está más que listo para volver a la batalla, en ese beisbol que lo vio crecer, esta vez con Tiburones de La Guaira.

Los escualos lo anunciaron como mánager para la temporada 2025-2026, en sustitución de Oswaldo Guillén. Y sí, el reto es enorme, pero si alguien puede sacarlo adelante es él, así como cuando era novato y tenía la misión de relevar, nada más y nada menos, que a Marco Scutaro. Después de todo se ha preparado para ello desde 2020, cuando oficializó el final de su carrera como jugador. En 2021 comenzó a dirigir en la filial Doble A de los Astros de Houston, organización con la que se mantuvo un par de años. En 2023 se mudo a Oakland e inició en Clase A con el Stockton para un año después retornar a Doble A, con el Midland, y terminar líder de la Liga de Texas. En esa filial permanece hoy en día.

Hacer la rutina, prestar atención a las pequeñas cosas y jugar con agresividad son los fundamentos de su juego, tal y como cuando era él quien saltaba al terreno. Sabe bien que tiene mucho por hacer, la afición guairista todavía no se recupera del descalabro de la campaña pasada, en la que comenzaron con una inspiración abrumadora, aparentemente encaminado al bicampeonato, y terminaron fuera del Round Robin con un equipo muy diferente al que los llevó a la gloria. Además, hay unos enormes zapatos que llenar, después de todo hablamos del hombre que pudo poner fin a una sequía de más de 30 años, el único mánager venezolano campeón de una Serie Mundial.

Es cierto que nada de eso parece abrumarlo, pero habrá que esperar que comience la fiesta y se enfrente a la exigente pelota del Caribe, corta y sin espacio para los errores. Por ahora, bienvenido a casa Gregorio.


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