“No hicimos lo que teníamos que hacer, estoy decepcionado obviamente. Y sí, el responsable soy yo cómo manager”, esas fueron las declaraciones del venezolano Carlos Mendoza luego de que Mets de New York cayera en su último juego de ronda regular y quedase fuera de la postemporada. Y es que aunque hubo otras eliminaciones inesperadas, ninguna generó tanta decepción como ésta. Los que Queens estaban llamados a pelear por la Serie Mundial y ni siquiera pudieron avanzar a la ronda del comodín. Fracasaron de forma monumental.
Los de la Gran Manzana comenzaron esta temporada como favoritos por lo hecho el año pasado, cuando llegaron a la Serie de Campeonato e hicieron vibrar New York con su “Oh My God”, y -claro- por la millonaria contratación de Juan Soto, a quien firmaron por 15 años y 765 millones de dólares. Se sabía desde el “vamos” que no tenían en su pitcheo a un as de rotación y sus esperanzas reposaban sobre figuras que generaban más dudas que certezas, pero aún así decidieron seguir apostando por el bateo y al final no les alcanzó.
Tuvieron una buena primera mitad, en la que dejaron un récord de 55-42 que los mantenía segundos en su división a solo medio juego de los Filis de Filadelfia. Su pitcheo, liderado por David Peterson, Clay Holmes y Edwin Díaz fue el segundo más efectivo de la Liga Nacional con un promedio de 3.56, solo por detrás de los Gigantes de San Francisco (3.50). Y eso bastó para sobrellevar la inconsistencia de su ofensiva, que terminó octava en promedio, ligando para .244 a pesar de que Pete Alonso fue realmente consistente todo el año y Juan Soto mostró su mejor versión en el mes de junio con 11 cuadrangulares.
En ese punto era realmente difícil pensar en una postemporada sin los Mets y quizás por eso no se preocuparon por hacer grandes movimientos antes de la fecha límite de cambios. Pero lo cierto es que en la pelota nada está escrito. En la segunda mitad los metropolitanos tuvieron récord de 28-37, incluida una seguidilla de ocho derrotas consecutivas en el decisivo mes de septiembre y -aunque llegaron al último día con posibilidades de avanzar por el comodín- terminaron quedándose fuera de la postemporada. La ofensiva nunca mejoró lo suficiente y su pitcheo se desplomó. Su efectividad colectiva en la segunda mitad fue de 4.74, la cuarta más alta en el viejo circuito. Holmes pudo mantenerse como caballo de mil batallas, pero Peterson perdió la brújula, mientras que Sean Manaea y Kodai Senga jamás se encontraron.
Además de Soto (OPS .944) y Alonso (.817), destacaron Francisco Lindor, que de hecho consiguió un 30-30, y Brandon Nimmo. Pero no fue suficiente, pareciera que el resto del equipo quedó a deber y mucho. A pesar de que sobran los señalamientos la gerencia ratificó el lunes que Carlos Mendoza seguirá al mando en 2026.
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