El embajador de Argelia ante las Naciones Unidas, Amar Bendjama, casi rompió en llanto el miércoles durante una sesión del Consejo de Seguridad mientras leía una carta de despedida de la periodista Mariam Abu Dagga, quien fue asesinada en un bombardeo israelí contra la Franja de Gaza.
En su intervención, el diplomático mostró una imagen de la periodista y leyó la misiva que le escribió a su hijo, de 13 años de edad, días antes de morir.
«Eres el corazón y el alma de tu madre, cuando muera quiero que reces por mí, no que llores. Nunca, nunca me olvides, hice todo por mantenerte feliz y seguro. Cuando crezcas, cuando te cases y tengas una hija, llámala Mariam, como yo», dejó escrito la comunicadora.
El embajador expresó su condena a las acciones deliberadas llevadas a cabo por las fuerzas de Israel que han provocado la muerte de periodistas en la Franja de Gaza, quienes solo están cumpliendo con su labor.
Bendjama enfatizó que los periodistas «no llevan más que palabras, más que imágenes» y, conteniendo las lágrimas, agregó que la «única armadura» que tenía Abu Dagga era su chaleco, que la identificaba como prensa, y que su «única arma» era una cámara.
«Este Consejo debe actuar por deber, un deber moral, un deber legal por imponer un alto el fuego y proteger y salvar vidas inocentes. Debe actuar para garantizar el acceso humanitario a gran escala, debe actuar para alimentar a los hambrientos y romper con la hambruna», manifestó el representante argelino.
Asimismo, afirmó que fracasar significaría «ser cómplice» y que «retrasar es aceptar la vergüenza, sí, vergüenza. Detener un genocidio no es una opción, es una obligación».
Mariam Abu Dagga, de 33 años de edad, trabajaba como colaboradora independiente para medios como The Independent Arabic y The Associated Press. Murió el pasado lunes en un ataque lanzado por Israel contra el Complejo Médico Nasser, en el sur de Gaza, donde también fueron asesinados otros periodistas, pacientes y personal sanitario.
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