El gobierno de Estados Unidos estaría ejerciendo presión sobre Ucrania a fin de obtener minerales estratégicos a cambio de apoyo duradero y la creación de un fondo de inversión para la reconstrucción del país europeo, lo cual ha provocado fuertes cuestionamientos.
En un trabajo publicado en el portal de Telesur se precisa que este jueves 17 de abril, Estados Unidos y Ucrania firmaron un Memorándum de Entendimiento (MOU) que allana el camino para un acuerdo económico centrado en los recursos minerales del país.
Según informaron autoridades de ambos gobiernos, el pacto final —que podría firmarse el 26 de abril— otorgaría a Washington regalías por la explotación de minerales críticos como tierras raras, litio y uranio, vitales para tecnologías avanzadas.
La viceprimera ministra ucraniana, Yulia Svyrydenko, calificó el memorando como un paso hacia la “modernización de infraestructuras” y una “colaboración mutuamente beneficiosa”. El acuerdo también contempla la creación de un Fondo de Inversión para la Reconstrucción de Ucrania, gestionado conjuntamente por ambos países. Sin embargo, el texto no detalla qué porcentaje de ganancias recibiría Estados Unidos, un punto que ha generado críticas internas en Ucrania.
Para Kiev, el acuerdo busca asegurar apoyo estadounidense duradero, incluyendo garantías de seguridad ante una posible tregua con Rusia.
La presión
Mientras avanzan las negociaciones económicas, el secretario de Estado Marco Rubio lanzó un mensaje contundente desde París este viernes 18 de abril: si no hay avances en las conversaciones de paz “en cuestión de días”, Estados Unidos abandonará su iniciativa de mediación.
“No continuaremos con este esfuerzo durante semanas. Necesitamos determinar ahora, en días, si un acuerdo es factible”, declaró Rubio tras reunirse con líderes europeos y ucranianos.
Sin embargo, Zelensky se niega a aceptar las condiciones de Rusia, que exige que Kiev renuncie a ingresar a la OTAN, ceda cuatro regiones ocupadas y limite su ejército.
Aunque Trump prometió en campaña “terminar la guerra en 24 horas”, su estrategia se ha topado con realidades complejas. Moscú, por su parte, insiste en que está abierta al diálogo pero defiende sus intereses. Mientras, Kiev rechaza las condiciones rusas, que considera una “capitulación”.
En esta encrucijada, Washington parece dispuesto a sacar partida y asegurarse los minerales estratégicos que se encuentran en territorio ucraniano a cambio de otorgar supuestas «garantías de seguridad» a Ucrania.
Ganancias en juego
Tres aspectos resaltan en el manejo del conflicto bélico en Ucrania.
- Estados Unidos: busca compensar la ayuda militar enviada a Ucrania desde 2022 —valorada en miles de millones— con acceso privilegiado a minerales estratégicos. Además, Trump intenta cumplir su promesa de resolver el conflicto, aunque insiste en priorizar los intereses económicos estadounidenses.
- Ucrania: espera asegurar financiamiento para reconstruir su economía y obtener respaldo político-militar. Sin embargo, sectores críticos dentro del país ven el acuerdo mineral como un aprovechamiento de su vulnerabilidad. “Otro país está usando nuestra debilidad”, dijo la parlamentaria Inna Sovsun.
- Rusia: El Kremlin minimiza el impacto de las conversaciones, señalando que los contactos con Washington son “difíciles”. Su posición sigue centrada en consolidar ganancias territoriales.
El doble movimiento de Estados Unidos —impulsar un acuerdo económico mientras presiona para cerrar la guerra— deja a Ucrania en una posición delicada. Si Washington retira su apoyo militar, Kiev perdería un pilar clave para resistir la invasión rusa. Además, el levantamiento de sanciones europeas a Moscú, parte del posible acuerdo de paz, genera tensiones en la UE.
Por otro lado, el enfoque de Trump ha sido ambiguo: aunque critica la ayuda de su predecesor Joe Biden a Ucrania, su gobierno mantiene sanciones contra Rusia. Esta ambivalencia podría debilitar la posición negociadora de Estados Unidos.
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