Más de 100.000 personas salieron el sábado a las calles de Tel Aviv para protestar contra el plan del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que fue aprobado por el gabinete de seguridad, para que el ejército tome el control de Gaza.
Los manifestantes reiteraron su exigencia para que el Gobierno logre un acuerdo con el movimiento de resistencia palestina Hamas, que incluya el retorno de los retenidos en Gaza y un alto al fuego.
Además, instaron a Netanyahu a detener su plan de ocupar Gaza, argumentando que la ofensiva de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) pondría en riesgo la seguridad de los retenidos.
Según medios internacionales, cientos de manifestantes bloquearon la autopista Ayalon en Tel Aviv y prendieron fuego en la carretera, mientras que concentraciones más multitudinarias se registraron en la plaza de los Rehenes de la misma ciudad.
Las personas también realizaron intervenciones durante la concentración, acusando al gabinete israelí, encabezado por Netanyahu, de convertirse en el «instigador de una guerra eterna que está llevando a todos hacia un desastre terrible».
El pasado viernes también se registraron protestas masivas contra el Gobierno que lidera Netanyahu. Miles de personas salieron a las calles y la jornada finalizó en enfrentamientos con la policía.
El 7 de agosto, el gabinete de seguridad de Israel anunció la aprobación del plan de Netanyahu de concretar la ocupación total de Gaza, indicando que las FDI «se prepararán para tomar el control de la ciudad».
En un comunicado explicaron que tienen cinco objetivos: el desarme de Hamas; el regreso de todos los retenidos, tanto vivos como fallecidos; la desmilitarización de la Franja de Gaza; el control de seguridad israelí en la Franja y el establecimiento de una nueva administración que no sea ni Hamas ni la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
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