La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en América del Sur instó el lunes a un «diálogo urgente» entre el Gobierno de Ecuador y las organizaciones sociales e indígenas, luego de la muerte de un manifestante durante las protestas contra la eliminación del subsidio al diésel.
En un comunicado, el representante regional, Jan Jarab, llamó «al Gobierno ecuatoriano y a las organizaciones sociales e indígenas a iniciar un diálogo urgente, a fin de evitar una escalada de la conflictividad y encontrar soluciones».
Además, la oficina lamentó la muerte de Efraín Fuerez, comunero indígena kichwa, ocurrida el domingo en la localidad de Cotacachi, provincia de Imbabura, que se ha convertido en el epicentro de las manifestaciones.
Ante la denuncia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) de que la muerte de Fuerez es «un crimen de Estado», señalando que fue asesinado por disparos de las Fuerzas Armadas, Jarab expresó que el Estado debía «investigar las responsabilidades por esta muerte de forma exhaustiva y transparente», garantizando «el acceso a la justicia para su familia y comunidad».
Asimismo, pidió que fueran investigados los reportes de varias personas heridas en este contexto. Recordó que el Estado «es responsable de las acciones y omisiones de sus fuerzas del orden», teniendo la obligación de investigar «de manera eficaz, imparcial y oportuna un posible uso ilícito de la fuerza u otras violaciones de derechos humanos por agentes del orden».
El funcionario recalcó que las fuerzas militares «no son entrenadas para enfrentar situaciones de conflictividad social o seguridad pública», y advirtió que su actual despliegue en este tipo de tareas es un riesgo real de violaciones de derechos humanos.
Medios internacionales reseñaron que Fueres, de 46 años de edad, recibió tres disparos mientras huía por la carretera de la represión militar el pasado domingo, y que un hombre que intentó ayudarlo también fue golpeado por culatas de fusil de los militares que llegaron en dos tanquetas.
Posteriormente, Fueres murió en el hospital de Cotacachi, mientras que el hombre que quiso auxiliarlo permanece en estado crítico.
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