Los intensos ataques aéreos realizados por las fuerzas de Israel han dejado este jueves unos 60 muertos en varias zonas de la Franja de Gaza.
De acuerdo con medios locales, un total de 27 personas murieron en horas de la mañana en las gobernaciones de la ciudad de Gaza y en el norte del territorio, mientras que 14 fueron asesinadas en Jan Yunis y tres en la gobernación central.
Entre los ataques registrados, uno fue contra un grupo de personas en el barrio de Zeitoun, al sureste de la ciudad de Gaza; otro fue de artillería en el barrio de Al-Tuffah y hubo una agresión contra la ciudad de Jabalia, al norte de Gaza. Además, en el centro del territorio, se informó que una persona murió por fuego de artillería israelí en Wadi As-Salqa.
A estos ataques se suma un bombardeo en horas de la tarde contra un grupo de civiles cerca de la calle Al-Baraka en Deir al-Balah, también en el centro de Gaza, donde murieron 15 personas y varias quedaron heridas. Esto ocurrió cuando los palestinos se reunieron en un punto de distribución de harina cerca de la concurrida calle Al-Baraka.
El último balance de las autoridades sanitarias palestinas reportó que 56.259 personas, la mayoría mujeres y niños, han sido asesinados y que 132.458 han resultado heridas desde octubre de 2023 por los ataques continuos de Israel. De ese total, 115 personas han muerto y más de 1.110 fueron heridos por las fuerzas israelíes en las zonas de distribución de ayuda humanitaria.
Destrucción de campamentos en el norte de Cisjordania
El director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwa, por su sigla en inglés) para asuntos de Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, Roland Friedrich, denunció que sigue la destrucción de campamentos en el norte de Cisjordania «con docenas de edificios demolidos en los últimos 12 días».
Mediante su cuenta en la red social X, Friedrich advirtió que las fuerzas israelíes «siguen demoliendo viviendas y edificios en los campamentos de Jenin, Tulkarem y Nur Shams», dejando a muchas familias sin la posibilidad de salvar sus pertenencias.
«Estos campos de refugiados, antes llenos de vida, ahora están reducidos a escombros. Esto no es solo destrucción: forma parte de un sistema desplazamiento forzado, una violación del derecho internacional y una forma de castigo colectivo», aseveró.
El funcionario instó a permitir que los residentes de los campamentos puedan acceder a sus hogares y retornar sin demora.
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